Ya he contado alguna vez lo mucho que me gusta llevar a mi hijo pequeño en la mochila ergonómica. Tengo la Boba Air y la verdad es que estoy contentísima con ella. ¡Si lo llego a saber la compro antes! Pero claro el pequeño ya no es tan pequeño, y aunque la mochila reparte el peso perfectamente y deja las manos libres, esos kilos se van notando si pasa mucho rato ya que la mochila no tiene acolchados ni refuerzos de ningún tipo. Hacía meses que le tenía el ojo echado a una mochila más grande, ¡y por fin me la he comprado!
De entre todas las mochilas grandes que hay en el mercado me decidí por la Tula Toddler. Las mochilas Tula se confeccionan en Polonia de manera totalmente artesanal, por eso los acabados son estupendos. También hacen mochilas tamaño estándar o baby, pero las toddler tienen el panel más ancho y más alto, y son para llevar a niños más mayorcitos (a partir de unos 11 kg y unos 82 cm de alto).
Después de mirar todos los estampados disponibles, me decanté por el modelo Rockets, porque me gustó el color turquesa de las zonas acolchadas y me hicieron gracia los cohetes y las naves del panel. Pero también hay otros muchos modelos más discretos y sobrios.
Que tenga la Tula no significa que ya no use la Boba Air; la sigo llevando en el bolso "por si...", (total, abulta como un neceser y casi no pesa nada). Pero usar esta estupenda mochila tan acolchadita es comodísimo, tanto para mí como para mi pitufo.
Mi marido me preguntaba para qué la quería, si el niño ya camina. Cierto, camina, pero ¿hacia dónde? Pocas veces se digna a darme la manita por la calle, y a menudo se suelta de repente para correr hacia la calzada, lo cual puede ser muy peligroso. Además, a sus dos años aún va despacio y a su ritmo, y si tengo algo de prisa o es un trayecto un poco largo no me gusta forzarle. En esos casos me viene genial subirle a la Tula y bajar a comprar el pan, subir al autobús (que es complicado con el carro) o visitar a los abuelos.
Busqué mucho en Google antes de comprarla en busca de opiniones de gente que la tuviera, pero la mayoría de opiniones personales que encontré estaban en inglés, así que creo que no me repito mucho si doy mi la mía aquí. De hecho, tenéis un análisis más completo de la Tula Toddler en el blog de Mochilas-Portabebes.es
Precio: no es barata, pero tampoco es más cara que la mayoría de mochilas portabebés. La buena calidad se paga, y también se disfruta. He examinado mi mochila al milímetro y no hay ni un hilo colgando, ni una costura torcida. Se nota a simple vista que está bien hecha y que es resistente; para quien portea con cierta frecuencia, es una buena inversión.
Edad: se recomienda para niños a partir de 11 kg y 82 cm. Mi hija mayor, por ejemplo, era bastante grandota de bebé, y a ella la habría podido llevar en esta mochila antes del año, pero en bebés más chiquititos lo normal es que empiecen a usarla con un año y medio, o incluso pasados los dos años.
Pros: después de usar la Boba Air, que no está acolchada, durante un año y medio, lo que más valoro que la Tula Toddler es el grueso acolchado tanto en los tirantes como en el cinturón, que son justamente las zonas en las que se apoya el peso del niño. Pero como el panel es de algodón finito, al doblarla realmente no abulta tanto como pensaba. Reparte el peso del niño a la perfección, y aunque obviamente los kilos son los mismos, los hace mucho más llevaderos que cargarlo en brazos.
También me gusta que todas las correas (la de la cintura, las de los tirantes, y la que une los tirantes) de la Tula Toddler se pueden enrollar sobre sí mismas y sujetar con una gomita que llevan incorporada, así después de ajustarlas no hace falta que vayan todas colgando. La Boba Air también las tiene, y os vais a reír, pero ¡tardé semanas en darme cuenta! Como las gomas son tan discretas, ni las vi.
Esta mochila tiene un bolsillo en el cinturón, una capucha (que por suerte se puede poner y quitar), y viene con folleto de instrucciones, que yo la verdad no necesité porque es muy sencilla de usar y yo ya estaba acostumbrada a la Boba.
Contras: cuando no uso mi Boba la doblo sobre sí misma y se queda cerrada con una cremallera, pero cuando doblo la Tula no tengo dónde meterla y se me desdobla. Me estoy haciendo una funda casera con una camiseta vieja, de esas que ya no te pones pero te sigue gustando el estampado.
Otro punto a destacar (no llega a ser negativo pero es un desafío) es que esta mochila pide a gritos porteo a la espalda. Yo la empecé a usar como hacía con la Boba, con el niño delante, pero a estas alturas su cabecita ya me entorpece un poco la visión y no me apetece tropezar por la calle por algo tan nimio como no ver por dónde voy. Las aceras de Sofía son, digamos, canela fina, sólo diré que son parte del motivo por el que prefiero portear a usar el cochecito.
Y eso es un desafío porque nunca había porteado a la espalda antes, me daba miedo que se me cayera el niño al ponerlo o sacarlo. Pero como dice siempre Barney, Challenge accepted! Si necesitas aprender algo que no sabes, preguntale a Google o a YouTube.
Estuve mirando una recopilación de vídeos de distintas marcas de mochilas en los que se explica de forma gráfica cómo ponerse la mochila portabebés a la espalda. Personalmente, me gusta más el sistema del segundo vídeo, el que propone Boba, pero en el primero sale un papá yogurín y también he visto ese vídeo varias veces ;)
Como veis al final con practicar un poco no es tan complicado portear a la espalda. Eso sí, las primeras veces ayuda hacerlo ante un espejo, o cerca de un sofá o una cama por si las moscas. Y si os estáis preguntando si el niño me tira del pelo, la respuesta es sí, pero esto lo hace siempre, no sólo en la mochila.
Compré la mochila la última vez que estuve en España, a través de la web Mochilas-Portabebes.es. El servicio es estupendo: por un lado el envío es gratuito y en 24 horas (yo pedí la mochila una tarde y a la mañana siguiente ya estaba en casa), y además Eva, la propietaria de la tienda, ofrece asesoramiento antes y después de la compra. Antes, porque tienen tantas mochilas que a veces una no sabe cual se adecua mejor a sus necesidades, y después, cuando ya la tienes y estás aprendiendo a usarla, a veces surgen dudas. Eva, a la que considero ya una buena amiga,me las estuvo resolviendo todas los primeros días de probar la mochila.
Para quienes me leéis desde Bulgaria, también hay una web que vende mochilas ergonómicas aquí, se llama Roshavo, y los gastos de envío son gratuitos a partir de 200 lv (100 euros).
La verdad es que hacía tiempo que no estaba tan satisfecha con una compra. Tuve suerte de conseguir el modelo Rockets, porque parece que Tula ha dejado ya de fabricarlo. No sé cuántas les quedarán en la tienda, pero si os gusta ese estampado en concreto yo me daría prisa. Y si se acaban tampoco es un problema, porque Tula va sacando nuevos estampados cada poco tiempo; actualmente hay alrededor de 20 modelos para todos los gustos.
¿Habéis usado alguna vez una mochila portabebés ergonómica? ¿Qué opinión os merecen?
De entre todas las mochilas grandes que hay en el mercado me decidí por la Tula Toddler. Las mochilas Tula se confeccionan en Polonia de manera totalmente artesanal, por eso los acabados son estupendos. También hacen mochilas tamaño estándar o baby, pero las toddler tienen el panel más ancho y más alto, y son para llevar a niños más mayorcitos (a partir de unos 11 kg y unos 82 cm de alto).
Después de mirar todos los estampados disponibles, me decanté por el modelo Rockets, porque me gustó el color turquesa de las zonas acolchadas y me hicieron gracia los cohetes y las naves del panel. Pero también hay otros muchos modelos más discretos y sobrios.
Que tenga la Tula no significa que ya no use la Boba Air; la sigo llevando en el bolso "por si...", (total, abulta como un neceser y casi no pesa nada). Pero usar esta estupenda mochila tan acolchadita es comodísimo, tanto para mí como para mi pitufo.
Mi marido me preguntaba para qué la quería, si el niño ya camina. Cierto, camina, pero ¿hacia dónde? Pocas veces se digna a darme la manita por la calle, y a menudo se suelta de repente para correr hacia la calzada, lo cual puede ser muy peligroso. Además, a sus dos años aún va despacio y a su ritmo, y si tengo algo de prisa o es un trayecto un poco largo no me gusta forzarle. En esos casos me viene genial subirle a la Tula y bajar a comprar el pan, subir al autobús (que es complicado con el carro) o visitar a los abuelos.
Busqué mucho en Google antes de comprarla en busca de opiniones de gente que la tuviera, pero la mayoría de opiniones personales que encontré estaban en inglés, así que creo que no me repito mucho si doy mi la mía aquí. De hecho, tenéis un análisis más completo de la Tula Toddler en el blog de Mochilas-Portabebes.es
Precio: no es barata, pero tampoco es más cara que la mayoría de mochilas portabebés. La buena calidad se paga, y también se disfruta. He examinado mi mochila al milímetro y no hay ni un hilo colgando, ni una costura torcida. Se nota a simple vista que está bien hecha y que es resistente; para quien portea con cierta frecuencia, es una buena inversión.
Edad: se recomienda para niños a partir de 11 kg y 82 cm. Mi hija mayor, por ejemplo, era bastante grandota de bebé, y a ella la habría podido llevar en esta mochila antes del año, pero en bebés más chiquititos lo normal es que empiecen a usarla con un año y medio, o incluso pasados los dos años.
Pros: después de usar la Boba Air, que no está acolchada, durante un año y medio, lo que más valoro que la Tula Toddler es el grueso acolchado tanto en los tirantes como en el cinturón, que son justamente las zonas en las que se apoya el peso del niño. Pero como el panel es de algodón finito, al doblarla realmente no abulta tanto como pensaba. Reparte el peso del niño a la perfección, y aunque obviamente los kilos son los mismos, los hace mucho más llevaderos que cargarlo en brazos.
También me gusta que todas las correas (la de la cintura, las de los tirantes, y la que une los tirantes) de la Tula Toddler se pueden enrollar sobre sí mismas y sujetar con una gomita que llevan incorporada, así después de ajustarlas no hace falta que vayan todas colgando. La Boba Air también las tiene, y os vais a reír, pero ¡tardé semanas en darme cuenta! Como las gomas son tan discretas, ni las vi.
Esta mochila tiene un bolsillo en el cinturón, una capucha (que por suerte se puede poner y quitar), y viene con folleto de instrucciones, que yo la verdad no necesité porque es muy sencilla de usar y yo ya estaba acostumbrada a la Boba.
Contras: cuando no uso mi Boba la doblo sobre sí misma y se queda cerrada con una cremallera, pero cuando doblo la Tula no tengo dónde meterla y se me desdobla. Me estoy haciendo una funda casera con una camiseta vieja, de esas que ya no te pones pero te sigue gustando el estampado.
Otro punto a destacar (no llega a ser negativo pero es un desafío) es que esta mochila pide a gritos porteo a la espalda. Yo la empecé a usar como hacía con la Boba, con el niño delante, pero a estas alturas su cabecita ya me entorpece un poco la visión y no me apetece tropezar por la calle por algo tan nimio como no ver por dónde voy. Las aceras de Sofía son, digamos, canela fina, sólo diré que son parte del motivo por el que prefiero portear a usar el cochecito.
Y eso es un desafío porque nunca había porteado a la espalda antes, me daba miedo que se me cayera el niño al ponerlo o sacarlo. Pero como dice siempre Barney, Challenge accepted! Si necesitas aprender algo que no sabes, preguntale a Google o a YouTube.
Estuve mirando una recopilación de vídeos de distintas marcas de mochilas en los que se explica de forma gráfica cómo ponerse la mochila portabebés a la espalda. Personalmente, me gusta más el sistema del segundo vídeo, el que propone Boba, pero en el primero sale un papá yogurín y también he visto ese vídeo varias veces ;)
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Después de una semanas, me parece más cómodo usarla a la espalda. |
Como veis al final con practicar un poco no es tan complicado portear a la espalda. Eso sí, las primeras veces ayuda hacerlo ante un espejo, o cerca de un sofá o una cama por si las moscas. Y si os estáis preguntando si el niño me tira del pelo, la respuesta es sí, pero esto lo hace siempre, no sólo en la mochila.
Compré la mochila la última vez que estuve en España, a través de la web Mochilas-Portabebes.es. El servicio es estupendo: por un lado el envío es gratuito y en 24 horas (yo pedí la mochila una tarde y a la mañana siguiente ya estaba en casa), y además Eva, la propietaria de la tienda, ofrece asesoramiento antes y después de la compra. Antes, porque tienen tantas mochilas que a veces una no sabe cual se adecua mejor a sus necesidades, y después, cuando ya la tienes y estás aprendiendo a usarla, a veces surgen dudas. Eva, a la que considero ya una buena amiga,me las estuvo resolviendo todas los primeros días de probar la mochila.
Para quienes me leéis desde Bulgaria, también hay una web que vende mochilas ergonómicas aquí, se llama Roshavo, y los gastos de envío son gratuitos a partir de 200 lv (100 euros).
La verdad es que hacía tiempo que no estaba tan satisfecha con una compra. Tuve suerte de conseguir el modelo Rockets, porque parece que Tula ha dejado ya de fabricarlo. No sé cuántas les quedarán en la tienda, pero si os gusta ese estampado en concreto yo me daría prisa. Y si se acaban tampoco es un problema, porque Tula va sacando nuevos estampados cada poco tiempo; actualmente hay alrededor de 20 modelos para todos los gustos.
¿Habéis usado alguna vez una mochila portabebés ergonómica? ¿Qué opinión os merecen?