Hoy os traigo una receta muy típica de Bulgaria, aunque su origen es griego. Seguro que os suena aunque sea de nombre la musaká. ¿Habéis visto la película Mi Gran Boda Griega? Los niños del colegio se meten con la protagonista por llevar "comida rara" en vez de bocadillos, y gritan ¡Muscaca! Criaturicas... Si la hubieran probado les habría costado reírse, estarían demasiado ocupados masticando. ¡Madre mía qué cosa más rica!
La musaká se consume en muchos países balcánicos: Grecia, Turquía, Bulgaria, Albania, Bosnia, Croacia, Macedonia, Rumanía, Eslovenia, Serbia... En todos ellos se hace esta receta, con pequeñas diferencias según la zona. En Bulgaria, por ejemplo, se hace sin berenjenas.
En casa hacemos musaká muy a menudo, porque además de buena, es súper fácil de hacer y no tiene ningún ingrediente raro o difícil de conseguir. Se trata simplemente de carne, patata y tomate. ¡Ya está! Proteínas, carbohidratos y vegetales: un plato bien completo y que además se puede dejar hecho con antelación.
Así se hace la musaká, tal como me la enseñó en su día mi suegra. Con estas indicaciones salen unas cuatro raciones:
Si no podéis conseguir ajedrea, podéis usar orégano en su lugar.
Este plato admite mucha variedad, cada ama de casa tiene su manera de preparar la musaká. Se pueden añadir más vegetales, como zanahoria, pimientos... Incluso se puede reemplazar la carne por setas, por ejemplo, para hacerla vegetariana.
Elaboración:
1. Se pocha la cebolla a fuego lento en una sartén con un poco de aceite. Cuando empiece a transparentar, se añade el diente de ajo en láminas y la carne picada, y sal y pimienta al gusto.
2. Hay que ir removiendo hasta que la carne deje de estar cruda. Entonces se añade el tomate, junto con un pellizco de ajedrea y otro de pimentón.
Luego se echan con cuidado 50 ml de agua, y se remueve bien.
3. Mientras se va guisando todo a fuego lento, se pueden ir pelando las patatas y cortandolas en dados pequeños. Entonces se echan a la sartén.
4. Se remueve bien para mezclar todos los ingredientes. Dejamos a fuego medio 10 minutos.
5. La mezcla se vierte en una bandeja resistente al calor (yo suelo usar una de cristal de 30x20 cm), se alisa bien la superficie, y se mete en el horno precalentado a 180ºC durante 40 minutos.
Mientras se va horneando preparamos la cobertura: sólo hay que batir el huevo, mezclarlo con el yogur, y salpimentar. El resultado es una salsa espesa que hay que reservar para después.
6. Cuando se saca del horno la musaká, hay que verter encima esa mezcla, asegurandonos de que la cubre por completo, y esparcir por encima el queso rallado. Entonces se pone a gratinar hasta que el queso esté dorado. ¡Y ya está lista para comer!
Los búlgaros la comen acompañada de salsa de yogur (un yogur no azucarado, sal y eneldo, todo bien mezclado).
En total se tarda aproximadamente una hora y media. Parece mucho tiempo pero se debe más a los tiempos de cocción que a la complejidad del plato.
La musaká se puede dejar preparada con antelación, incluso se puede dejar hecha el día antes. Se puede acompañar con una ensalada pero al ser tan completa también puede ser plato único. A los niños les suele gustar mucho, y ahora que no nos leen, si no les gusta comer verdura es muy fácil colarsela dentro de la musaká ;)
Tened en cuenta que no soy cocinera y esta receta la pongo tal cual me la han enseñado a mi. Cada búlgara tendrá su propia versión. Yo simplemente intento ir aprendiendo recetas búlgaras, para que mis hijos, que son tan búlgaros como españoles, puedan crecer comiendo y apreciando la comida local.
¿Habéis probado alguna vez la musaká? Viendo lo facilita que es, ¿os lanzáis? :)
La musaká se consume en muchos países balcánicos: Grecia, Turquía, Bulgaria, Albania, Bosnia, Croacia, Macedonia, Rumanía, Eslovenia, Serbia... En todos ellos se hace esta receta, con pequeñas diferencias según la zona. En Bulgaria, por ejemplo, se hace sin berenjenas.
En casa hacemos musaká muy a menudo, porque además de buena, es súper fácil de hacer y no tiene ningún ingrediente raro o difícil de conseguir. Se trata simplemente de carne, patata y tomate. ¡Ya está! Proteínas, carbohidratos y vegetales: un plato bien completo y que además se puede dejar hecho con antelación.
Así se hace la musaká, tal como me la enseñó en su día mi suegra. Con estas indicaciones salen unas cuatro raciones:
Si no podéis conseguir ajedrea, podéis usar orégano en su lugar.
Este plato admite mucha variedad, cada ama de casa tiene su manera de preparar la musaká. Se pueden añadir más vegetales, como zanahoria, pimientos... Incluso se puede reemplazar la carne por setas, por ejemplo, para hacerla vegetariana.
Elaboración:
1. Se pocha la cebolla a fuego lento en una sartén con un poco de aceite. Cuando empiece a transparentar, se añade el diente de ajo en láminas y la carne picada, y sal y pimienta al gusto.
2. Hay que ir removiendo hasta que la carne deje de estar cruda. Entonces se añade el tomate, junto con un pellizco de ajedrea y otro de pimentón.
Luego se echan con cuidado 50 ml de agua, y se remueve bien.
3. Mientras se va guisando todo a fuego lento, se pueden ir pelando las patatas y cortandolas en dados pequeños. Entonces se echan a la sartén.
4. Se remueve bien para mezclar todos los ingredientes. Dejamos a fuego medio 10 minutos.
5. La mezcla se vierte en una bandeja resistente al calor (yo suelo usar una de cristal de 30x20 cm), se alisa bien la superficie, y se mete en el horno precalentado a 180ºC durante 40 minutos.
Mientras se va horneando preparamos la cobertura: sólo hay que batir el huevo, mezclarlo con el yogur, y salpimentar. El resultado es una salsa espesa que hay que reservar para después.
6. Cuando se saca del horno la musaká, hay que verter encima esa mezcla, asegurandonos de que la cubre por completo, y esparcir por encima el queso rallado. Entonces se pone a gratinar hasta que el queso esté dorado. ¡Y ya está lista para comer!
Los búlgaros la comen acompañada de salsa de yogur (un yogur no azucarado, sal y eneldo, todo bien mezclado).
En total se tarda aproximadamente una hora y media. Parece mucho tiempo pero se debe más a los tiempos de cocción que a la complejidad del plato.
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La musaká se puede dejar preparada con antelación, incluso se puede dejar hecha el día antes. Se puede acompañar con una ensalada pero al ser tan completa también puede ser plato único. A los niños les suele gustar mucho, y ahora que no nos leen, si no les gusta comer verdura es muy fácil colarsela dentro de la musaká ;)
Tened en cuenta que no soy cocinera y esta receta la pongo tal cual me la han enseñado a mi. Cada búlgara tendrá su propia versión. Yo simplemente intento ir aprendiendo recetas búlgaras, para que mis hijos, que son tan búlgaros como españoles, puedan crecer comiendo y apreciando la comida local.
¿Habéis probado alguna vez la musaká? Viendo lo facilita que es, ¿os lanzáis? :)