Después de pasar todo el verano con los suegros en el pueblo por fin hemos vuelto a Sofía. Han sido dos meses (in)tensos, pero mi búlgaro y los niños se lo han pasado genial, y yo he salido con vida y con la cordura más o menos intacta, con lo cual me puedo dar con un canto en los dientes.
Hace tres años finalizó por fin la construcción de la autopista Trakiya o A1, la primera autopista que cruza Bulgaria, desde Sofía a Burgás, a lo largo de 360 km. Hasta ahora recorrer los casi 400 km que separan la capital de la costa búlgara era una odisea por carretera comunista, y cada año había que invertir seis o siete horasdejandonos el culo tragando baches.
Ahora, pues, se puede ir por autopista directamente hasta Burgás en unas 4 horas, y desde ahí por carretera siguiendo la costa hasta nuestro destino, un pueblo de pescadores a medio camino de Varna.
Esta carretera costera es interesante, porque pasa por algunos de mis pueblos búlgaros favoritos: Sozopol y Nessebar. Hablaré de ellos en otro post más adelante, que aquí sería demasiado largo.
Mis suegros tienen una casita en un pueblo de cabras perdido en la montaña, pero a sólo 10 km del pueblo costero más cercano, así que por un lado teníamos la paz y la tranquilidad de estar en medio de la nada, y por el otro, acceso relativamente fácil a la civilización y a la playa. En el pueblo de cabras no hay tiendas, apenas 20 casas y más ganado que personas, cuya media de edad ronda los 70 años, tirando por lo bajo.
Una manera de conseguir comida sin tener que salir del pueblo es hacer intercambios con los vecinos. El que no tiene leche de sus cabras o gallinas ponedoras tiene un huerto repleto de tomates, y el que no, tiene frutales a rebosar de melocotones o manzanas. Y a mi paladar pongo por testigo que no habéis probado un tomate de verdad si no habéis probado uno búlgaro.
Ibamos a la playa del pueblo de al lado, un pueblecito de pescadores pequeño pero que en verano está lleno de turistas. El socorrista era un jubilado corpulento y muy bronceado con aspecto de pescador (probablemente lo fuera). Sólo le faltaba la pipa y el clásico tatuaje del ancla en el antebrazo. En cuanto localizó a mi búlgaro entre tanto ruso, se acercó a hablar y le propuso que al día siguiente le llevara una botella de rakía (licor búlgaro de alta graduación). Genial, un socorrista de 70 años dándole al alcohol de 50 grados mientras trabaja. Obviamente no lo hicimos...
En mi defensa, hago lo que puedo por tomarme estas vacaciones suegro-rurales anuales lo mejor que puedo, y por ver las ventajas e ignorar los inconvenientes.
A falta de radiografía, a día de hoy aún no sabemos el alcance de la lesión, pero lo mejor fue su "cura" casera: se envolvió el pulgar en una toallita húmeda que sujetó con una goma elástica. Olé sus ovarios. No sé si es una insensata, una inconsciente, una cobarde, o por el contrario una valiente. Lo que es un hecho es que desde ese día yo tuve que asumir todas sus tareas.
2. Pasar tanto tiempo con los suegros es una prueba de fuego matrimonial. La pareja que sobrevive a esto puede aguantar lo que sea.
3. La familia política se disfruta más si hay cierta distancia. El tiempo máximo recomendado para vivir con los suegros es de una semana. Después nadie se hace responsable de lo que pueda pasar.
Uy, un momento, que mi marido a veces me lee... Pues ha sido un verano MUY DIVERTIDO, me ha encantado pasar dos meses con los suegros y ME MUERO DE GANAS DE REPETIR.
¿Os habéis ido alguna vez de vacaciones con la familia política? ¿Qué tal la experiencia?
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Amanecer en el pueblo de cabras |
- El viaje.
Hace tres años finalizó por fin la construcción de la autopista Trakiya o A1, la primera autopista que cruza Bulgaria, desde Sofía a Burgás, a lo largo de 360 km. Hasta ahora recorrer los casi 400 km que separan la capital de la costa búlgara era una odisea por carretera comunista, y cada año había que invertir seis o siete horas
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He marcado mi ruta con flechitas cutres. Fuente: Wikipedia |
Ahora, pues, se puede ir por autopista directamente hasta Burgás en unas 4 horas, y desde ahí por carretera siguiendo la costa hasta nuestro destino, un pueblo de pescadores a medio camino de Varna.
Esta carretera costera es interesante, porque pasa por algunos de mis pueblos búlgaros favoritos: Sozopol y Nessebar. Hablaré de ellos en otro post más adelante, que aquí sería demasiado largo.
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Algunos puntos de la ruta por autopista son preciosos. En la imagen, campos de lavanda. |
- El lugar.
Mis suegros tienen una casita en un pueblo de cabras perdido en la montaña, pero a sólo 10 km del pueblo costero más cercano, así que por un lado teníamos la paz y la tranquilidad de estar en medio de la nada, y por el otro, acceso relativamente fácil a la civilización y a la playa. En el pueblo de cabras no hay tiendas, apenas 20 casas y más ganado que personas, cuya media de edad ronda los 70 años, tirando por lo bajo.
Una manera de conseguir comida sin tener que salir del pueblo es hacer intercambios con los vecinos. El que no tiene leche de sus cabras o gallinas ponedoras tiene un huerto repleto de tomates, y el que no, tiene frutales a rebosar de melocotones o manzanas. Y a mi paladar pongo por testigo que no habéis probado un tomate de verdad si no habéis probado uno búlgaro.
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La Calle Mayor del pueblo. |
Las zonas rurales de Bulgaria suelen estar muy despobladas. Los pueblos pequeños agonizan porque los jóvenes se van a las ciudades cuando pueden. Algunos, como éste, son muy humildes, pero en cambio uno tiene la certeza de poder llamar a cualquier puerta a pedir un vaso de agua, y quien viva ahí seguro que le saca lo mejor que tenga, aunque no se lo pueda permitir. Los búlgaros son muy hospitalarios, y en los pueblos aún más.
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El pueblo de cabras, y en primer plano, yo montando una cabra. Esto es un añadido de Remorada, que además de talento tiene mucho sentido del humor. |
Ibamos a la playa del pueblo de al lado, un pueblecito de pescadores pequeño pero que en verano está lleno de turistas. El socorrista era un jubilado corpulento y muy bronceado con aspecto de pescador (probablemente lo fuera). Sólo le faltaba la pipa y el clásico tatuaje del ancla en el antebrazo. En cuanto localizó a mi búlgaro entre tanto ruso, se acercó a hablar y le propuso que al día siguiente le llevara una botella de rakía (licor búlgaro de alta graduación). Genial, un socorrista de 70 años dándole al alcohol de 50 grados mientras trabaja. Obviamente no lo hicimos...
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El pueblo de al lado, un bonito pueblo de pescadores muy humilde pero con zonas preciosas. |
- El problema.
En mi defensa, hago lo que puedo por tomarme estas vacaciones suegro-rurales anuales lo mejor que puedo, y por ver las ventajas e ignorar los inconvenientes.
- Las ventajas:
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Barcas de pescadores |
- La anécdota.
A falta de radiografía, a día de hoy aún no sabemos el alcance de la lesión, pero lo mejor fue su "cura" casera: se envolvió el pulgar en una toallita húmeda que sujetó con una goma elástica. Olé sus ovarios. No sé si es una insensata, una inconsciente, una cobarde, o por el contrario una valiente. Lo que es un hecho es que desde ese día yo tuve que asumir todas sus tareas.
- El propósito.
- Mis conclusiones.
2. Pasar tanto tiempo con los suegros es una prueba de fuego matrimonial. La pareja que sobrevive a esto puede aguantar lo que sea.
3. La familia política se disfruta más si hay cierta distancia. El tiempo máximo recomendado para vivir con los suegros es de una semana. Después nadie se hace responsable de lo que pueda pasar.
Uy, un momento, que mi marido a veces me lee... Pues ha sido un verano MUY DIVERTIDO, me ha encantado pasar dos meses con los suegros y ME MUERO DE GANAS DE REPETIR.
¿Os habéis ido alguna vez de vacaciones con la familia política? ¿Qué tal la experiencia?