Un año más la Navidad ha venido y ha pasado. Como teníamos previsto pasamos la Nochebuena a la búlgara con los suegros, y luego en Navidad hicimos una comida todos juntos en casa. Al ser pocos con un pollo grande hubo suficiente, y además es práctico porque mientras se hace solito en el horno se puede ir sirviendo el primer plato, o preparar la bandeja de los turrones.
Diado Koleda, el Papá Noel búlgaro, también pasó por casa dejando un buen cargamento de regalos para todos. La mayor está muy contenta con todo lo que le ha traído, y el pequeño, como era de esperar, ignora sus regalos y se pasa horas jugando con cajas vacías, papel de envolver rasgado y envoltorios variados.
Pero una de las pegas de vivir expatriada es que aunque se puede mantener el contacto con familia y amigos gracias a Skype y Whatsapp, el intercambio de regalos con ellos se reduce drásticamente. A menudo yo misma les disuado de mandarme paquetes, porque ya sé que los gastos de envío pueden superar el valor del contenido, y no vale la pena.
De todos modos, para las veces que sí se manda algo, es útil usar primero un buscador de envíos para comparar precios. Uno muy fácil de usar es Packlink: sólo hay que introducir el peso y las dimensiones aproximadas del paquete, y las ciudades de origen y de destino. Si hago una simulación, por ejemplo pongo un paquete de 2 kg, de 30x20x20 cm, de Barcelona a Sofía, me salen precios desde 24 hasta 69 euros, según la empresa de mensajería. ¡Anda que no hay diferencia!
Obviamente los envíos más económicos tardan más días, pero si no hay prisa, yo preferiría ahorrarme 46 euros, sin duda.
Este año, una vez más, he tenido la inmensa suerte de recibir varios paquetes, a pesar de vivir lejos. Algunos contenían regalos navideños, otros comida, otros ambas cosas. Y confieso que valoro mucho más la comida española ahora que la como con menos frecuencia.
Siempre digo que si vives en otro país lo mejor que puedes hacer es adaptarte, y hacer y comer lo mismo que los nativos (esta palabra siempre me hace pensar en indios descalzos jiji). A mi me gusta la comida búlgara, pero de vez en cuando es un gran placer para mí poder hincarle el diente a comida patria.
Gracias a algunas almas caritativas he reunido un pequeño botín de turrones y hasta un enorme jamón. Polvorones no hay, porque ya avisé que tendrían muchas posibilidades de llegar hechos migas.
Esto es lo que ha sobrevivido a la Navidad; había más, pero la carne es débil, y nos miraban diciendo comednos. ¿Qué podíamos hacer? Como veis se trata de un mix de marcas, pero no le hacemos ascos a ninguna. Los de Suchard y Antiu Xixona son muy conocidos, y los de Carrefour y Mercadona son de marca blanca pero están igual de ricos.
Gracias a los que os habéis tomado la molestia de mandarme postales y algún paquetito para hacerle más llevadera la morriña navideña a esta expatriada. :)
¿Cómo habéis pasado la Navidad? ¿Tenéis algún plan especial para Fin de Año y Año Nuevo?
Diado Koleda, el Papá Noel búlgaro, también pasó por casa dejando un buen cargamento de regalos para todos. La mayor está muy contenta con todo lo que le ha traído, y el pequeño, como era de esperar, ignora sus regalos y se pasa horas jugando con cajas vacías, papel de envolver rasgado y envoltorios variados.
Pero una de las pegas de vivir expatriada es que aunque se puede mantener el contacto con familia y amigos gracias a Skype y Whatsapp, el intercambio de regalos con ellos se reduce drásticamente. A menudo yo misma les disuado de mandarme paquetes, porque ya sé que los gastos de envío pueden superar el valor del contenido, y no vale la pena.
De todos modos, para las veces que sí se manda algo, es útil usar primero un buscador de envíos para comparar precios. Uno muy fácil de usar es Packlink: sólo hay que introducir el peso y las dimensiones aproximadas del paquete, y las ciudades de origen y de destino. Si hago una simulación, por ejemplo pongo un paquete de 2 kg, de 30x20x20 cm, de Barcelona a Sofía, me salen precios desde 24 hasta 69 euros, según la empresa de mensajería. ¡Anda que no hay diferencia!
Obviamente los envíos más económicos tardan más días, pero si no hay prisa, yo preferiría ahorrarme 46 euros, sin duda.
Este año, una vez más, he tenido la inmensa suerte de recibir varios paquetes, a pesar de vivir lejos. Algunos contenían regalos navideños, otros comida, otros ambas cosas. Y confieso que valoro mucho más la comida española ahora que la como con menos frecuencia.
Siempre digo que si vives en otro país lo mejor que puedes hacer es adaptarte, y hacer y comer lo mismo que los nativos (esta palabra siempre me hace pensar en indios descalzos jiji). A mi me gusta la comida búlgara, pero de vez en cuando es un gran placer para mí poder hincarle el diente a comida patria.
Gracias a algunas almas caritativas he reunido un pequeño botín de turrones y hasta un enorme jamón. Polvorones no hay, porque ya avisé que tendrían muchas posibilidades de llegar hechos migas.
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Estas cosas se valoran mucho más si no puedes comprarlas cuando quieres. |
Esto es lo que ha sobrevivido a la Navidad; había más, pero la carne es débil, y nos miraban diciendo comednos. ¿Qué podíamos hacer? Como veis se trata de un mix de marcas, pero no le hacemos ascos a ninguna. Los de Suchard y Antiu Xixona son muy conocidos, y los de Carrefour y Mercadona son de marca blanca pero están igual de ricos.
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Este jamón llegó justo en Navidad, ¡más oportuno imposible! |
Gracias a los que os habéis tomado la molestia de mandarme postales y algún paquetito para hacerle más llevadera la morriña navideña a esta expatriada. :)
¿Cómo habéis pasado la Navidad? ¿Tenéis algún plan especial para Fin de Año y Año Nuevo?